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TERMAS

Ir a los baños era uno de los mayores placeres del romano que residía en la ciudad. Todo el mundo tenía acceso a ellos, libres y esclavos, mujeres (separadas de los hombres) y niños, incluso extranjeros. No se concebía como una práctica de higiene sino como un puro placer, por lo que los filósofos estoicos y los cristianos no asistían a ellos.

Las termas eran uno de los monumentos públicos con más clientes de la ciudad, y por supuesto no había ninguna ciudad que no tuviera una, aunque fuera necesario construir un acueducto para surtirla de agua. Las termas públicas eran lugares lujosos, con estructuras complejas, de salas calientes y frías, y espacios para entretener, desde una biblioteca a una palestra. Especialmente atractivas eran en invierno, por razones que todos podemos entender.

Los elementos básicos de una terma pública eran el apodyterium, o vestuario; latrinae o retretes; frigidarium o sala de agua fría, que contaba normalmente con una piscina de agua fría o natatio; tepidarium o sala de agua templada; caldarium o sala de agua caliente, que podía tener acceso a una sala de más alta temperatura, laconica; y el hypocaustum o cámara que recogía el aire caliente que llegaba desde el horno o praefurnium.

En Itálica conocemos al menos dos complejos termales. Uno conocido como “Armería de Trajano” o termas menores, situadas en lo que hoy conocemos como Vetus Urbs y datadas en tiempos de Trajano; y otro, mayor, situado en la parte visitable de la ciudad, cerca de la casa del Planetario, y conocido tradicionalmente como “Baños de la Reina Mora”. En ella aparecieron las figuras divinizadas de Trajano y Adriano. Aparece una posible palestra adosada al muro Sur, así como sus extraordinarias dimensiones, unos 32,000 m2.

termas

La entrada al edificio se haría desde el lado oriental mediante una escalinata, tras la que existiría el vestibulo y algo más allá una piscina en forma de T, posiblemente sólo parcialmente cubierta. sucediéndose las demás estancias propias de una termas, cubiertas por amplias bóvedas. Aunque la estructura está levantada con opus testaceum o ladrillo cocido gran parte de su superficie debió estar recubierta de mármol. El demoledor expolio al que ha sido sometido dificulta en extremo conocer la disposición exacta de sus elementos.

La estructura general es muy helenística, muy en la línea del emperador bajo cuyo reinado se levantó. La posible palestra ofrece una relación inequívoca con el Traiaenum, y por consiguiente con la Biblioteca de Adriano, puesto de manifiesto especialmente en las exedras rectangulares y semicirculares alternadas.