El conflicto en Yemen es un ejemplo paradigmático de las denominadas "guerras olvidadas" y, según la ONU, representa actualmente la mayor crisis humanitaria del mundo. Desde 2014, el país ha sido el epicentro de una guerra civil que rápidamente se internacionalizó, convirtiéndose en una guerra por delegación con profundas implicaciones regionales y globales.
Las raíces de la guerra en Yemen son una compleja mezcla de problemas internos de larga data y una intensa rivalidad regional.
A. Factores Internos (La Fractura Yemení)
1. Reunificación Fallida: Yemen se unificó en 1990 tras haber estado dividido en Yemen del Norte (República Árabe de Yemen) y Yemen del Sur (República Democrática Popular de Yemen, comunista). La reunificación fue percibida como una anexión por el sur, generando tensiones separatistas.
2. La Primavera Árabe (2011): Las protestas forzaron la dimisión del presidente Ali Abdullah Saleh (en el poder desde 1978), pero la transición fue inestable. Este vacío de poder fue el momento clave.
3. El Movimiento Hutí (Ansar Allah): El grupo chií zaydí, originario del norte (provincia de Sadá), se sintió marginado por el gobierno central. Aprovechando el caos, lanzó una ofensiva y en septiembre de 2014 tomó la capital, Saná, expulsando al gobierno de transición (liderado por Abdrabbuh Mansour Hadi).
B. La Internacionalización y la Geopolítica Regional
El conflicto civil se convirtió en una guerra internacional por la intervención de dos potencias regionales rivales:
La guerra de Yemen no es un simple conflicto entre dos bandos, sino un complejo entramado de facciones con intereses contrapuestos.
El conflicto yemení se ha extendido al ámbito internacional con los ataques de los hutíes a la navegación comercial en el Mar Rojo, tras el inicio de la guerra en Gaza.
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